El mundo de la moda puede ser todo un sueño para cualquier chica, sin embargo, dentro todo puede cambiar hasta convertirse en una pesadilla. Ese fue el caso Liza Golden-Bhojwani, una modelo que comenzó su carrera a los 17 años y que vivió todo un tormento por mantenerse en los estrictos cánones que le exigía su agencia.
Cansada de los estragos por su escasa alimentación, decidió cambiar radicalmente.
«Consumía apenas 500 calorías diarias que reforzaba con un suplemento de vitaminas. Fue el comienzo de una pendiente resbaladiza. Dietas extenuantes, entrenamientos extremos. Mi vida social sufrió e ir a comer con mis amigos era todo un problema».
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Buscando hacer consciencia en las personas que la siguen, compartió a través de su cuenta de Instagram su antes y su después acompañados de un alentador mensaje:
«La imagen del lado izquierdo me la tomaron cuando iniciaba el mejor punto de mi carrera. Fue para mi primera semana de la moda, para la cual tenía la talla que necesitaba. Asistía a shows increíbles que nunca pensé que podría hacer, desfilando al lado de mujeres que alguna vez admiré. En serio era adrenalina pura… Pero después de desmayarme cuando estaba sola en mi departamento mientras preparaba una de mis comidas baja en calorías (creo que fueron 20 piezas de edamame al vapor, si mal no recuerdo), renuncié a la dieta y al pesado entrenamiento y decidí que podía hacerlo sola. En ese momento pensé: ‘todavía puedo estar así de delgada, pero ahora voy a comer un poco más, así no me voy a sentir horrible’. Bueno, resulta que comer un poco más se convirtió en comer casi una bolsa llena de almendras, que después se convirtió en comidas de tamaño completo, que luego se convirtieron en completas borracheras. Deseaba comer todo lo que te imaginas y estaba cediendo a cada deseo, a pesar de que sabía que este era un momento muy importante de mi carrera. Lo logré durante la Semana de la Moda en Nueva York; muy bien, nadie había notado que había aumentado un poco de peso, pero cuando llegó la Semana de la Moda en Londres pude notar cómo los kilos comenzaban a verse tanto en el espejo como en la cinta métrica, pero me mantuve callada, obviamente, sin querer sabotearme. Me encontré yendo a la tienda de comestibles para comprar vegetales crudos para así compensar las dos semanas de borrachera que tuve en Nueva York, pero no perdí ni un gramo, sin importar lo saludable que estuviera comiendo o cuánto ejercicio hacía. La Semana de la Moda en Milán llegó y me di cuenta de que estaba más gorda y más grande de la cadera, 90 centímetros en lugar de 87 como en Nueva York; actué normal y pretendí que no ocurría nada. De cualquier forma, conseguí varias pasarelas, entre ellas para Dolce & Gabbana. Después recibí críticas en línea porque mis muslos se veían muy gordos… De todos modos, participé en la Semana de la Moda en París y me resultó imposible resistir esos croissantsde chocolate. Sólo conseguí una pasarela después de muchos castings, pero después de hablar con los clientes descubrí la razón por la que no conseguía nada: mi tamaño».
Ahora esta chica es feliz con sus curvas y no pretende quitárselas de encima, ya que considera que es la mejor y más sana manera de amarse.
I wish I woke up like this everyday! Our trip is coming to an end ???? this is the most relaxing and peaceful goa trip we have ever had????✨???? This photo is completely unretouched ???? I am in no way perfect, but that’s okay with me ❤ #vacay #goldenjediadventures #homeiswheretheheartis #goa #bodypositive #effyourbeautystandards #honormycurves ????: @thirdeyejedi Una publicación compartida por Liza Golden-Bhojwani (@lizagoldenreal) el