¡La tecnología ha llegado a los cubrebocas! Ahora que nuestra vida y la de los demás depende de éstos, los expertos en el mundo textil y la biomédica han comenzado a trabajar en nuevos diseños que se adapten a las necesidades que tenemos los humanos.
El español Álvaro González Romero-Domínguez y su pareja de origen italiano Simona Lacagnina crearon un cubrebocas inteligente, el cual tiene la capacidad de detectar los focos de contagio más cercanos de coronavirus y ayuda a que tengamos mejor comunicación al ser transparentes.
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La mascarilla inteligente Cliu es además un producto inclusivo, pues a través de él las personas con problemas auditivos pueden leer los labios de los demás, lo cual ayuda a una mejor comunicación. Por supuesto que la tecnología y la responsabilidad ambiental son otros dos elementos que distinguen a este cubrebocas.
No podemos negar que al llevar un cubrebocas escondemos una de nuestras herramientas más bonitas que tenemos en el rostro: la sonrisa, y con la mascarilla Cliu ya es posible sonreír sabiendo que la otra persona la verá. «Una simple sonrisa queda escondida detrás de la mascarilla, no se transmite», mencionó el empresario.
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El plástico de la mascarilla es sostenible y además lleva unos filtros antimicrobianos y bioactivos, por lo que no es dañino para el medio ambiente una vez que ésta ya no se pueda usar. Cliu también es desmontable y todos sus materiales son reciclables. El cubrebocas inteligente cuenta con certificados y es antialérgico.
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