“Si la joyería es para siempre, ¿por qué constantemente nos dicen que debemos comprar piezas nuevas?”…
Esta es la pregunta a partir de la cual la orfebre y gemóloga mexicana, Jonne Amaya, enfocó su carrera en la creación de joyas sustentables.
Para Jonne, ha sido sumamente importante que su marca sea congruentes con su ideología. Pues, por años, la diseñadora ha llevado una vida lo más sustentable posible al reducir su consumo de carne, reciclando e, incluso, usando ropa vintage.
Así, Jonne Amaya se ha convertido en un verdadero significado de sustentabilidad. Y es que, cada pieza es única; reinventada y rediseñada para que se adapte a la personalidad de quien la porta. Por eso, no tiene una línea como tal, aunque no descartaría una colaboración con diseñadores mexicanos, sustentables.
Su objetivo es crear sin provocar ese impacto ecológico negativo que implica extraer piedras y metales preciosos. Al utilizar los materiales de la misma joya para darle vida a una completamente nueva, se eliminan una serie de procesos industriales perjudiciales para el planeta.
El proceso inicia a partir de una joya de oro o platino. «Si tiene una piedra, hay que tener cuidado, checar que no se rompa y ser súper cuidadosos», explica. Cuando requiere de algún material para complementar su trabajo, busca que sea creado en laboratorios, para así evitar el consumo desmedido.
Luego viene el rediseño. Esto puede durar semanas, pues depende mucho de la complejidad de la pieza. Asimismo, para ella es fundamental acercarse al cliente, inspirarse en su personalidad y estilo, para que la persona tenga una conexión especial con la nueva joya.
Cada pieza que Jonne Amaya crea tiene un anécdota interesante detrás; sin embargo, nos compartió la historia de su favorita: Se trata de un anillo con una esmeralda de 4 quilates, que pertenecía a la abuela de su clienta. «Tenía una montadura anticuada y ‘bultosa’, y a la hora del rediseño cambió de cero a cien con un estilo moderno y sencillo», comentó.
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«Es importante que en este 2020 seamos muy conscientes de lo que compramos y consumimos. A mucha gente nos costará trabajo volver a la normalidad y, con más razón, deberemos usar lo que tenemos y darle un nuevo uso», finalizó.