«Me voy a ir joven, mamá, por eso quiero dejar huella antes de dar el siguiente paso y que las personas que me conocieron hablen bien de mí”, confesó Daniela Ayón a su madre, Gladys Razo, sin saber que su predicción se haría realidad.
La originaria de Tamaulipas fue una de las dos mexicanas que murieron cuando el avión A320 de Germanwings se estrelló en los Alpes Franceses este 24 de marzo.
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Daniela era una apasionada del Yoga, la meditación y los viajes, por lo que viajó a Europa para festejar su cumpleaños y encontrar el amor.
“Quería conocer un hombre con el que había hablado por internet. Ella decía ‘es él, es él’, pero cuando comenzó a tratarlo, le pareció muy serio y decidió ir a Barcelona”, confesó su hermana Fernanda Rico en entrevista con Adela Micha.
Daniela siempre fue una persona positiva, amable y querida por todos. Su frase motivadora era «hoy es un gran día».
Dejó su trabajo en una compañía transnacional para fundar Danisha Meditation Training, una empresa en la que recorría el país dando clases de yoga y meditaciones.
“A pesar del dolor que se siente interno, hoy es un gran día para toda la familia ya que estamos muy agradecidos con sus alumnos, sus amigos, todas las muestras de cariño que recibimos por redes sociales y por teléfono nos han llenado ese espacio que se fue. Dani dejó mucho todavía por delante y va a seguir haciendo sonreír a muchos corazones”, agregó Fernanda Rico.