Ivette Ivens se encontraba en búsqueda de una mascota ideal para su familia, cuando vio a Farley, un bulldog francés que nació el mismo día que su hijo Dylan. La fotógrafa tomó la fecha como una señal, y adoptó al perrito, sin saber que se convertiría en el mejor amigo de su bebé.
Ahora, Dylan y el cachorrito son inseparables, pues hacen todo juntos, desde tomar siestas, comer, jugar e incluso bañarse.
Ivette asegura que Farley es muy paciente y gentil con su bebé, pues no se molesta si hay jaloneos o movimientos bruscos mientras juegan. También ha notado que el perrito intenta no roncar mientras toman la siesta. Cuando Dylan llora, su hermano perruno lo lame para hacerlo reír, y cuando come, limpia cualquier mancha que el bebé haya dejado en su camino.
En resumen, ¡es la amistad perfecta! una prueba más de que los perros son los mejores amigos del hombre.