Más allá de los grandes reconocimientos que ha recibido, Rebeca Segura comparte una anécdota que le llenó el corazón de gozo: “En la primera exposición individual que tuve entrevistaron a Isaac, mi hijo mayor, y escuché que respondía: ‘Lo que más admiro de mi mamá es que nunca se rindió para lograr su sueño’”.
Por Pepe Real
En su corta pero prolífica carrera, la pintora veracruzana ha ido madurando un lenguaje propio. “El arte es mi modo de vida”, admite, y reconoce que su más grande satisfacción ha sido poder gritar sus emociones a través de un lienzo y obtener un efecto sanador de su alma.
“Mi búsqueda está en quitar el ruido y hacer más nítida la voz del corazón, para de esta manera plasmar emociones y vivencias en mis obras. Los artistas somos un filtro, tenemos la costumbre de hacer alquimia de nuestras experiencias y permearlas en colores y trazos”.
Rebeca se dice admiradora del talento y potencial de los creadores mexicanos. “La magia cultural está de nuestro lado y hay mucho material dónde fijar nuestros sentidos; por ejemplo, la problemática de los feminicidios es un grito social desesperado en el que los artistas tenemos la oportunidad de hacer un llamado mundial y presionar al gobierno para que haga leyes firmes ante estos sucesos que causan tanta repulsión”.
Respecto a las adversidades que ha experimentado para abrirse paso en el arte, destaca: “Vivimos en un país donde las mujeres de cualquier profesión hemos tenido que abrirnos puertas a base de esfuerzo, preparación y conocimientos, empleando nuestra inteligencia y habilidades para poder competir en un mundo de hombres. Desde luego no ha sido fácil, pero me queda claro que el respeto se gana demostrando que podemos alcanzar la excelencia con profesionalismo”.
¿Cuál es la esencia de tus obras?
Tienen un común denominador: que debemos tener la fuerza y la valentía de ser la mejor versión de nosotros mismos. Los principales temas que abordo están relacionados con el alma y las trincheras que se viven como mujer en México. También disfruto mucho enfocarme en personajes, dándole voz a otra versión de la historia.
¿A cuál de tus pinturas le guardas más aprecio?
Todas las obras han sido testimonios de mi camino, sin embargo, el primer trabajo abstracto que hice lo llamé “Salto al vacío”, porque fue el parteaguas en mi carrera y en mi vida, fue ahí donde emprendí el viaje del lenguaje del alma.
¿Dónde naciste y qué estudios tienes?
Nací en Córdoba, Veracruz. Estudié la licenciatura en Diseño Gráfico y el Certificado en Pintura de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad de las Américas-Puebla.
Mencionabas el abstracto, ¿qué otros conceptos manejas?
En el collage encontré la herramienta para interpretar mi lenguaje; en cada capa florecen transparencias, creando una similitud con nuestras experiencias. Lo que somos es el cúmulo de vivencias aprendidas, mientras algunas salen a la luz, otras permanecen en silencio. Los materiales juegan un papel primordial, me apoyo en el uso de resinas, acrílicos, óleos, lana, hoja de oro, carteles y espejos, entre otros.
¿Dónde se han exhibido tus trabajos?
En Nueva York, Miami, San Diego, Berlín, Buenos Aires y en varias ciudades de México. Actualmente me estoy preparando para exponer en Barcelona.
Vivimos en tiempos de pandemia, ¿cómo te ha afectado?
Me apena la situación por la que muchas personas están padeciendo el confinamiento y lo que esto afecta en todos los aspectos; en mi caso me ha ayudado a enfocarme a trabajar con mayor concentración quitando distractores y produciendo más.
¿Hay algún otro tipo de arte que te apasione?
Disfruto también intervenir esculturas, prendas de vestir, realizar grabados y crear objetos de arte.
Platícanos alguna anécdota sobre tu trabajo…
En una ocasión recorriendo las calles de Madrid iba guardando carteles de las paredes para pegarlos en las obras, y decidimos con mi hijo Isaac ir a visitar el estadio de futbol. Al entrar y revisar mis bolsas, los guardias me preguntaron asombrados qué era eso. Yo, muy apenada, les respondí que era basura que recolectaba en las calles para hacer obras de arte. Se voltearon a ver entre ellos como dudando si dejaban pasar a la señora rara; al final nos dejaron entrar con todo y mi material. En ese momento mi hijo quería desconocerme, claro está, jajaja.
EN CORTO
¿Tu mayor defecto?
Ser perfeccionista.
¿Tu más grande cualidad?
La tenacidad.
¿Cuáles son tus hobbies?
Disfruto mucho hacer ejercicio y pasar tiempo en la playa.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Por segunda ocasión, La metamorfosis, de Franz Kafka.
¿A qué le tienes más miedo?
A alejarme de la gente que amo.
¿Cómo te consideras como artista?
Analítica, sensible y determinada.
Si no hubieras sido pintora, ¿a qué te hubieras dedicado?
A la gimnasia.
¿Pregunta más extraña que te hayan hecho en una entrevista?
Cuando me preguntaron: “De tu padre, ¿qué cualidad obtuviste?”. Parece sencilla, pero me hizo reflexionar y hacer conciencia de las cualidades que mi padre me heredó.