Decir que Coachella, evento que comenzó este viernes en Indio, California, es sólo un festival de música, sería minimizar su esplendor.
Más de cien mil personas de todas las edades y nacionalidades se reunieron en el primer día para usar los looks más atrevidos y divertirse con sus amigos mientras disfrutan de la música y el paisaje del desierto que albergó seis escenarios: Coachella, Outdoor Theatre, Gobi, Mojave, Sahara y Yuma, estos cuatro nombrados así por los desiertos californianos.
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A comparación de años pasados, los filtros de seguridad fueron menos por lo que los asistentes pudieron entrar con todo tipo de estupefacientes.
Varios usaron animales inflables, flores e impresos en grande del sombrero de Pharrell Williams y las caras de los integrantes de Outkast para localizarse.
Sin embargo, las instalaciones de arte integradas por globos, una oruga gigante y un astronauta de más de 15 metros realizado por Poetic Kinetics que rondó por todo el lugar, se robaron la atención de todos.
Entre los actos más aplaudidos se encontraron Haim y Kate Nash, quienes demostraron que las mujeres pueden rockear, además de Jagwar Ma, Wye Oak y Bastille, quienes abarrotaron el escenario Mojave.