¿Alguna vez has escuchado sobre este festival? Cada año, en el desierto de Nevada, Estados Unidos, Burning Man congrega a más de 70 mil personas en un evento que dura exactamente una semana y se trata de un punto de encuentro, de difusión y de construcción artística con el objetivo de incentivar el arte, la autoexpresión y la participación.
Este evento, que para muchos es una forma de vida, comenzó a principios de los 90 en una playa de San Francisco; el festival cobró tanta fama que trasladaron el evento al desierto de Nevada, donde permanece hasta hoy.
Se realiza a fines de agosto y principios de septiembre; más que un festival, este evento es descrito como una comunidad que se apodera de una ciudad temporal llamada `Black Rock City´, con un monumento «sagrado» llamado `The Man´, el cual está hecho de madera y al que se le prende fuego al final de cada encuentro.
Una de las particularidades es que no acepta comercios ni marcas y no se permite el intercambio de dinero, ya que el movimiento está asociado a la cultura hippie; todos los participantes deben llevar consigo todo lo que necesiten para subsistir durante esa semana y también aquello que quieran regalar a otros asistentes. Cabe mencionar que en este festival no hay ningún tipo de cobertura, por lo que no es necesario llevar celular o algún otro tipo de equipo electrónico.
Asilados del mundo, los participantes disfrutan de música electrónica de todo tipo -que contrasta con la temática pagana-, además de las exposiciones de arte que corren por parte de artistas internacionales y, en gran parte, por los asistentes al evento.
Entre los asistentes que van representando a México están el escritor y filósofo onironauta Oneiros Speculum y la poeta y terapeuta en medicina tradicional Gabriela Guido.
La entrada a este evento tiene un costo de 400 dólares: los boletos suelen agotarse a los pocos minutos de ponerse a la venta.