Ya despedimos el calor del verano para dar la bienvenida a la temporada de frío con la llegada del otoño, la cual ocurrió en México, ayer exactamente a las 21:30 horas.
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Durante el equinoccio el sol se encuentra directamente sobre el ecuador terrestre, por lo que los dos polos se encuentran a una misma distancia del astro y la luz se proyecta por igual en ambos hemisferios.
El término equinoccio proviene del latín aequinoctium, que significa «noche igual», precisamente porque la duración del día y la noche es casi de 12 horas, además el sol sale el este y se pone por el oeste.
En México, en la zona arqueológica de Dzibilchaltún, ubicada a 21 kilómetros de Mérida, la cual fue un antiguo centro ceremonial, los turistas pueden ser testigos de uno de los fenómenos astronómicos más importantes del Mundo Maya, y que ocurre sólo dos veces al año, durante los equinoccios de primavera y otoño.
El espectáculo comienza cuando el sol hace su aparición por el oriente, poco a poco, a través de las ventanas y puertas del llamado “Templo de las Siete Muñecas” se puede advertir cómo la silueta va avanzando hasta posarse justo atrás del centro del edificio permitiendo la visibilidad del astro y su resplandor atravesando y enmarcando al recinto.