Adrián Spadoni nació para la música. Desde pequeño sintió atracción por el canto y la creación artística, pero esos sueños los tuvo que guardar en un cajón porque sus padres consideraban que no había futuro posible.
Originario de Asunción, Paraguay, se decantó por el modelaje y participó en campañas publicitarias en Montevideo y Buenos Aires. Sin embargo, la vida da muchas vueltas y a sus 18 años aceptó la oferta de una compañía mexicana para otra campaña publicitaria. En el entendido de que México es la plataforma de lanzamiento para muchos artistas latinoamericanos, no dudó: hizo sus maletas y viajó al país azteca.
Una vez aquí, a la par de cumplir su compromiso como modelo empezó a transitar caminos que lo condujeran al mundo de la música.
De esa manera, Toño Berumen lo invitó a formar parte del proyecto Magneto 2000, y cuando parecía que al fin cristalizaría sus sueños infantiles decidió bajarse del barco porque no se sintió identificado con el concepto.
Lejos de desanimarse, esta experiencia fortaleció su deseo de dejar su huella en el mundo musical.
Por eso, al tiempo que continuaba con su trabajo de modelo, en el 2000 empezó a presentarse en Plaza Garibaldi, en el bar Guadalajara de Noche. Ahí ganó en confianza y entendió que la única manera de llegar a la meta anhelada era con trabajo y disciplina.
Adrián es de esas personas que nunca se dan por vencidas y en las crisis ven una oportunidad. Con ese pensamiento siguió su camino, el cual sería compensado, pues en 2001 conoció al productor y compositor Desmond Child, creador de muchos de los éxitos de Bon Jovi, Aerosmith, Kiss, Cher, Michael Bolton y Ricky Martin, entre otros.
Fue una etapa productiva, pues gracias al impulso de Desmond, Adrián formó parte de la banda 01 (nombre que proviene del tipo de visa que les otorgan a los artistas en Estados Unidos), además de que grabó demos para otros artistas con productores como Rudy Pérez, Kike Santander y Roberto Morales, entre otros.
Todo este recorrido tuvo su corolario con la grabación de Quiéreme, su primer disco, en donde participó la crema y nata de la industria en aquellos años.
Tenacidad a toda prueba
Si algo caracteriza a Adrián es su resiliencia. Cuando tienes un sueño, nada te detiene hasta conseguirlo.
Luego de grabar su álbum debut, las exigencias de una industria que se mueve a base de mucho dinero impidieron una mayor difusión de ese trabajo.
Así que Spadoni buscó otras alternativas. En México retomó las presentaciones en vivo y lo hizo en distintos piano-bares de la ciudad.
Hoy, en complicidad con algunos amigos, abrió su propio lugar: 11:11 Polanco, donde expone su arte. A estas alturas está claro que la música es su motor, es su amor más grande y, como todo artista, anhela que cada día más personas escuchen su trabajo creativo.
Adrián vive por y para la música. Más allá de las voraces leyes de una industria que muchas veces privilegia el interés por sobre el talento, continúa en el ámbito musical gracias a su amor por lo que hace y en lo que cree.
Por eso, con la experiencia y la madurez con que hoy cuenta retomó una canción que originalmente fue escrita para David Bisbal, pero que terminó eligiendo como sencillo Cristian Castro quien, sin embargo, se mudó de país y nunca lo pudo grabar.
Se trata de una canción hermosa bajo el título de “Mientras estabas dormida”, en la que se relata cómo una persona le confiesa a su pareja que tiene todo lo que siempre espero de una relación, sin embargo, no puede ir más allá porque es incapaz de olvidar a su ex.
Algunos dicen que es una cobardía decirlo mientras ella está dormida, otros piensan que es correcto porque prefiere no lastimarla, el caso es que se trata de un hermoso tema que merece ser escuchado por más personas, de manera que Adrián lo grabó y celebra sus 44 años con esta canción que está seguro tocará fibras sensibles en muchos oyentes.
Su amor por el arte, pues, lo impulsa a nunca bajar los brazos y a seguir por este camino a veces ingrato, pero siempre reparador que es la música.