Hace un año el icónico Lenny Kravitz visitó la CDMX para presentar su nueva asociación con Casa Lumbre con sotol Noche Luna, marca originaria de Chihuahua que logró conquistar el paladar del cantante. Tanto, que incluso se volvió socio y miembro de la dirección creativa de esta bebida mexicana.
El sotol es una bebida alcohólica que se obtiene al destilar el tallo de la planta que lleva el mismo nombre. Su origen viene del norte del país, del desierto, en donde las condiciones extremas a las que se enfrenta esta planta brindan de carácter y notas únicas a su destilado, el cual por lo general va de los 38 a los 50 grados de alcohol.
La fuerza del sol en el desierto que engendró a Noche Luna
Hoy, a casi un año del lanzamiento de Noche Luna, platicamos con Ricardo Pico, un chihuahuense enamorado de sus raíces que siempre ha buscado estar en contacto con su tierra y que a través del sotol ha logrado llevar un pedacito de la belleza y fuerza de su región no sólo a otras parte de México, sino a otros países.
Fue precisamente en el desierto de Chihuahua, mientras exploraba la región para conocer más del origen de esta bebida, cuando conoció a Don Lalo. «Tuve la fortuna de encontrarlo un día que andaba explorando el desierto; nací y crecí en Chihuahua y como llevó en esta industria más de una década sentí la necesidad de explorar para conocer más de esta categoría de alcohol y así conocí a Don Lalo», contó.
Don Lalo Arrieta, según nos cuenta Ricardo, es un maestro sotolero de cuarta generación que nació en la colonia Allende, una pequeña comunidad del noreste de Chihuahua. «Él aprendió desde muy pequeño a hacer sotol con su abuelo.». Ambos unieron sus conocimientos y crearon las bases de Noche Luna.
Un ingeniero químico y un cantante como notas de salida
Las bases de Noche Luna ya estaban sentadas, aunque aún no tenían nombre. Entonces conocieron a Iván Saldaña, jefe de innovación de Casa Lumbre, «quien es básicamente un científico, estudió ingeniería química y tiene un doctorado, es un genio para las bebidas», expresa Ricardo.
«Viene a visitarnos y empezamos con una colaboración, iniciamos con Noche Luna. Es un sotol hecho de la mano de un gran ingeniero químico, de Don Lalo Arrieta, como socio de la marca, y todo el equipo que tenemos. Poco después, antes de tener el nombre, se une Lenny Kravitz«.
El músico probó el sotol de una botella que llegó un día a su habitación de hotel. Su conexión con la bebida fue instantánea, y de inmediato quiso saber qué era y de dónde venía. “México siempre ha estado muy cerca de mi corazón por el lugar en donde crecí. Nos llevamos tan bien en ese primer encuentro que para el final de la reunión ya teníamos planeado el nombre, la dirección que tomaríamos y hasta el diseño de la botella», declaró Kravitz en su visita a la CDMX el año pasado.
Así, entre los cuatro crearon Noche Luna, una bebida que encierra el desierto de Chihuahua en una botella y nos brinda la posibilidad de probar nuevos sabores con otro destilado.
¿Cómo se hace el sotol?
Ricardo Pico nos explicó cómo surge esta bebida que, debemos decirlo, es una de las más fuertes de México. El proceso inicia como el del mezcal o el tequila, con algunos cambios mínimos, pero muy similar a ellos. La diferencia empieza una vez que se obtiene el fermento de la planta.
«Evaporamos el fermento para concentrarlo y con esto aumentamos su potencia alcohólica. El tepache tenía entre 5-8 grados, en esta primera destilación se va a concentrar en algo que nosotros llamamos vino, y el vino va a terminar entre los 28-32 grados de alcohol ya en una forma líquida y transparente», explica Ricardo.
Después se lleva a cabo el resaque, como le llaman los maestros sotoleros. «Se hace una rectificación que se le llama el resaque, que es la segunda destilación en donde vamos a concentrar aún más este alcohol que ya teníamos en el vino».
Una vez que se hace la segunda destilación se obtiene una bebida de 85 a 65 grados de alcohol. «Las primeras gotas salen a 85 grados y va bajando a 65 que son las cabezas. De 65 a 45 es el corazón de la destilación y luego está la cola de 40 a 20. El maestro vinatero agarra todos esos fragmentos y los acomoda para arreglar sus lotes y emparejarlos».
Todo esto hoy en día se puede hacer con máquinas e instrumentos especiales que indican la cantidad de alcohol en los destilados; sin embargo, todo esto, de acuerdo con lo que nos cuenta Ricardo, se hacía -algunos lo siguen haciendo- de manera empírica en el desierto. «Se usan cuernitos de res y dependiendo de su reacción calculaban el grado de alcohol que tenían».
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¿Cómo se toma el sotol?
Aunque también se pueden hacer deliciosos cocteles, para Ricardo Pico y sus socios no hay mejor manera que tomar el sotol derecho, aunque admite que en algunas catas y cenas que organizan, lo acompañan de un pequeño maridaje.
«Se le puede poner un pequeño maridaje que es sal de chiltepín, sal de gusano o chapulín. A nosotros nos gusta el chiltepín porque es un chile de aquí del norte de México». Para Ricardo, el chiltepín tiene mucho sabor y esencia, lo que lo convierte en el match perfecto con el sotol.
«Si el sotol fuera un chile sería el chiltepín, es silvestre, fuerte, tiene varias capas de sabores; el sotol es igual de complejo».
El sotol se sirve en un lunero -como una jícara, pero de vidrio- y se hace este pequeño maridaje donde se acompaña el lunero con sal de chiltepín y manzana, de preferencia verde o golden.
Ricardo explica que este maridaje destaca aún más las notas del sotol, las cuales describe como «notas dulces primero y después se van convirtiendo en un herbal fresco, incluso como menta, para después tener en el retrogusto algo más decadente, como cacao o chiles secos. El sotol tiene una mineralidad y herbasidad increíbles».
Explica que aunque existen otras etiquetas de sotol que son más fuertes, que a él también le gustan, quisieron hacer con Noche Luna algo más universal.
«Quisimos que fuera algo bueno para un espectro amplio de paladares. Algo que uno pudiera seguir tomando, porque igual si tomas uno de 50 grados, uno se cansa de tomarlo, ya no te da el paladar. Hicimos ese balance en el que te invita a seguirlo disfrutando, tiene sólo 43 grados».
Sin duda el sotol se ha posicionado rápidamente como otra de las grandes opciones cuando se quiere disfrutar de un destilado mexicano, algo que enriquece nuestra mixología no sólo a nivel nacional, sino internacional.
¿Tú ya lo probaste?