Se los juro que su mirada nada tiene que ver con los personajes de villano que interpreta en las telenovelas! Todo lo contrario: su mirada es afable y franca. Flavio Medina, actor de 42 años, es muy tranquilo, yo diría que hasta un tanto reservado. Se considera ermitaño, pacífico y divertido.
Nos conocemos desde hace varios años, y aunque no tenemos una amistad tan cercana, siempre que nos vemos la pasamos muy bien. Flavio es de esas personas con las que da gusto compartir.
Haciendo un recuento de sus primeros años de vida, me platicó: “Mi familia era mucho de salir los fines de semana a pueblear con todos mis primos y mis tíos. Mi mamá era ama de casa, y mi papá médico, voleibolero y buzo. El mayor de mis hermanos se llama Guillermo, que me lleva 20 años; Luz María me lleva 15, Jesús 14, Mariana 11 y Bruno siete, y después yo. Así que fui el más morrito y el único loco que quiso ser actor”.
Es amable, bonachón y educado. Fuera del aire es un tipazo, pero a la hora de grabar la entrevista cuida sus palabras, y es que dice que su timidez es tan grande que le cuesta trabajo tener un micrófono enfrente. Sin embargo, conmigo se abrió y, aunque mesurado, me compartió: “Siempre fui muy solitario, fantaseaba mucho. Crecí con mis primos y mis vecinos. La escuela me gustaba, pero sólo la parte en la que jugaba con mis amigos, jajaja. No tenía ninguna materia favorita, la verdad es que la escuela me pesaba un poco, sobre todo la secundaria, que era horrible; sin embargo, tengo muchos recuerdos lindos, muy padres”.
Considero que Flavio Medina es uno de los mejores actores que tenemos en nuestro país; su experiencia en teatro, que fue mucha y mucho antes de hacer televisión, le dejó grandes enseñanzas que hoy podemos notar tanto en los melodramas como en los escenarios. Su afición -dice- comenzó así: “Desde muy chavito me llevaban mucho al teatro. El abuelo de una cuñada de mi hermana era iluminador del Teatro de los Insurgentes, entonces me la vivía ahí, y desde entonces me llamó mucho la atención dedicarme a la actuación. Empecé participando en la casa de cultura de la colonia donde vivía. Ya después, cuando terminé la preparatoria, di con una escuela que estaba muy ligada al rollo de las comedias musicales, fui a hacer casting y me quedé; desde entonces no me pude separar de todo esto”.
En un principio su padre no lo quería ver convertido en actor: “Mi papá quería que estudiara Medicina como él; de pronto en Internet hay páginas que dicen que me fue muy difícil convencerlo, pero la realidad fue que me decía que pensara muy bien lo que realmente quería hacer, pero era porque no teníamos ningún conecte en este medio y le preocupaba mucho la parte económica. Este medio es maravilloso, pero es de resistencia, no hay una estabilidad económica, es de proyectos y pueden pasar meses entre uno y otro. Pero es tan complicada y difícil como todas las carreras, lo importante es que te preguntes qué es lo que realmente quieres. Cuando no quitas el dedo del renglón y estás ahí clavado en lo que te fijas como objetivo, llega un día en que lo logras. Claro que es un medio difícil, pero qué bueno que así sea”.
Actualmente se presenta en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, dentro del Centro Cultural Universitario de la UNAM, con la puesta en escena Autorretrato en sepia. Sólo quedan dos semanas… ¡vayan al teatro, queridos lectores! Este elenco logra un extraordinario trabajo, que estoy seguro les va a encantar.
Para Flavio Medina, la personalidad con estilo de esta semana, la popularidad es algo que no sabe cómo funciona del todo: “No sé si me gusta la fama, Leo; es una parte complicada, y no por querer hacerme el muy acá, más bien tiene que ver con mi personalidad, soy muy tímido. Pero sí me encanta que la gente se me acerque, ahí es donde te das cuenta cuando tu trabajo está gustando, y eso es muy satisfactorio”.
Si quieren escuchar la entrevista completa los invito a disfrutar mi podcast… ¡entren ya!
Busca el podcast de esta entrevista en: http://www.spreaker.com/show/ leonardomarkerpodcast.