Ni peluches, ni ropa, ni juegos de mesa. Ellos son distintos del común de los mortales en prácticamente todo y a la hora de regalar, no pueden evitar caer en lo costoso con tal de lograr su cometido, que es sorprender a su ser querido en San Valentín.
Katy Perry y Rusell Brand
La cantante le regaló a su ex marido, Rusell Brand, un Bentley Brooklands color lila que estaba valuado en unos extravagantes 480 mil dólares.
Jaz-Z y Beyonce
Jay−Z sorprendió a Beyoncé en el Día de los Enamorados con un lujoso teléfono celular de platino e incrustaciones de diamantes. Le costó 24 mil dólares. Ella le compró un Bugatt Veyron, uno de los autos más caros del mundo (¡Cuesta 2 millones!)
Selena Gomez y Justin Bieber
Hubo un momento en que Justin Bieber era un chico para nada rebelde y estaba de novio, nada más ni nada menos que con Selena Gómez. Para San Valentín 2011, le compró casi toda una florería. El cantante terminó gastando 2 mil dólares en ramos y arreglos florales. En otra celebración, Bieber gastó 475 mil dólares en organizar una cita especial con ella. ¿En qué? El cantante alquiló el Staples Center de Los Ángeles para ellos dos: cenaron y vieron «Titanic».
Brangelina
Cuando Brad Pitt cumplió 50 años, Angelina le compró una isla con forma de corazón. Está ubicada a 80 kilómetros de Nueva York y valuada en 20 millones de dólares. Por su parte, Brad invirtió 18.500 dólares en un árbol de Olivo de 200 años para su prometida. Sí, le regaló un árbol.
Elizabeth Taylor y Richard Burton
Richard Burton le regaló a Taylor un diamante que perteneció al emperador que creó el Taj Mahal.
Jennifer López y dos de sus ex maridos
Marc Anthony le obsequió un par de sandalias laqueadas en oro. ¡Estaban valuadas en 24 mil dólares! Para competirle, su siguiente pareja, Ben Affleck, gastó más de 1 millón de dólares en regalos para JLo.
David y Victoria Beckham
David Beckham gastó 2 millones en regalo muy especial e íntimo para su esposa. ¿Qué le regaló? ¡Un juguete sexual de platino y diamantes! Para agradecerle, Victoria desembolsó 480 mil dólares en un Rolls Royce Phantom. Eso sí que es lujo…