Un osito de dos años no pudo resistir la tentación al olor de queso que salí ade un bote, cuando estaba cerca de un campamento de Glenwood Springs, Colorado.
Atraído por el olor metió su cabeza en el recipiente de plástico, quedando atorado por casi una semana. Jim Hawkins, dueño de las cabañas, lo vio en repetidas ocasiones pero no podía acercarse por miedo a un ataque decidió llamar a las autoridades en repetidas ocasiones pero el animal asustado se internaba en el bosque, entorpeciendo el rescate.
Luego de 7 días atorado con el bote en la cabeza, peligrando por asfixia o muriera ya que no podía ni comer ni beber agua, Hawkins tomó la decisión de ayudarlo con sus propias manos, así lo resumió la revista internacional Peolpe. Con mucha paciencia, el hombre esperó hasta que el oso regresara y, con ayuda de poca gente para no asustarlo, lo amarró a un árbol para lograr tranquilizarlo y así poder acercarse a él.
Una vez calmado, el hombre llamo nuevamente a las autoridades, quienes recurrieron a sedarlo para poder realizar las maniobras necesarias y liberar al mamífero del bote. El oso salió ileso y pronto pudo regresar a su hábitat y buscar comida.
Después de rasguños y tensión por ayudarlo lo más pronto posible, el dueño del lugar quedó muy contento de que todo haya salido como esperaba.
Aquí el video del suceso: