Él, en los clavados, y ellas, en nado sincronizado, aspiran a subir al podio
Rommel Pacheco
La tercera es la vencida
Le falta el oro olímpico para haberlo ganado todo
Dejar el hogar paterno desde los siete años, estar lejos de la familia, no salir de fiesta cada fin de semana y responsabilidad profesional, son parte del precio que Rommel Pacheco ha tenido que pagar por seguir su más grande pasión: los clavados.
Con la madurez que implica llegar a las tres décadas de vida y con la experiencia de haber participado en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008, el clavadista yucateco busca hacer honores al dicho de “la tercera es la vencida” en su búsqueda del pódium en su próxima participación en Juegos Olímpicos. Con los nervios olvidados en el pasado, comprometido con sus metas y dispuesto a disfrutar cada momento de su adeudo en Río, Rommel confía en sus 23 años de experiencia para cumplir su sueño: obtener la presea olímpica y demostrar que en México hay calidad y pasión por hacer las cosas.
“Me encantaría ganar, en caso de que no, de mi parte no hay nada que pueda reprocharme, he entrenado lo más que se puede; me gusta triunfar, soy bastante competitivo y siempre estaré agradecido por poder hacer esto”.
La mirada de todos los mexicanos sobre ti representa una presión, ¿cómo convertirla en impulso para aspirar al triunfo?
Lo disfruto, son muchos años de practicar clavados, competir, entrenar; poder estar en unos Juegos Olímpicos es grato, bonito, algo que me llena de orgullo y satisfacción. Yo sé que hay muchas posibilidades de pelear el resultado, es complicado, pero agradezco que pueda representar a México.
Ya has estado en un par de ocasiones en JO, ¿cuál es su mayor dificultad?
JO es una competencia grande que engloba medios, todo el mundo tiene puestos los ojos en ellos, entonces el que llega más relajado, el que no se mete en esa burbuja de grandeza, llega tranquilo a entrenar, a competir; el que controla más el momento, gana.
¿Qué tanto incrementas el entrenamiento los días previos?
El de los clavados es un deporte rutinario, de repeticiones, y un proceso muy largo; no es un mes, ni seis, un año o el ciclo olímpico, yo llevo 23 años en este deporte, ya no se entrena más para JO, ya no hay espacio porque el entrenamiento es de dos veces al día (9:00 y 14:00 horas).
Llevas 23 años en esta disciplina, ¿de niño cómo te das cuenta que esto era a lo que te querías dedicar?
Mi primer deporte fue natación, a los tres o cuatro años, y de ahí pasé a un club donde hice desde ajedrez, basquetbol, futbol, cerámica; todas las actividades las realicé, entre ellas clavados, y fue la que más me gustó; el dar vueltas y meterme al agua me atrapó.
Llegar a JO era tu máxima aspiración y ya lo lograste, ¿cuál es tu objetivo actual?
Tengo todas las medallas que hay en clavados, sólo me falta la olímpica; estos son mis terceros JO y espero hacerle mención al dicho de que “la tercera es la vencida”.
¿Qué sacrificios has hecho por esto que te apasiona?
Nunca lo pienso como sacrificio, lo veo como un intercambio. Sí estuve lejos de mi familia desde los 11 años, no tenía a mi mamá que me pusiera el trapito de agua fría cuando me enfermaba o que me hiciera el desayuno, pero aprendes a ser independiente, a tomar decisiones un poco más inteligentes que los demás, a saber discernir qué conviene y qué no.
Las alturas son tu mejor aliado, pero ¿qué pasa con el miedo?
Sí da miedo estar parado, ya no hago plataforma, sólo tres metros, pero cuando estaba a 10 metros sí había cierto temor, pero también respeto, lo cual te ayuda a concentrarte y enfocarte.
¿Qué te motiva a no caer ante una derrota?
En la vida nunca vas a estar arriba, subes, te quedas en medio, pero aunque he caído, nunca he pensado en tirar la toalla o decir “hasta aquí”, porque la vida se trata de sobreponerte y superar las adversidades, sobre todo cuando algo te ha costado o has tenido que pasar muchas cosas para cumplir el sueño.
¿Cómo describes esa sensación de escuchar el himno nacional, portar el uniforme y saber que la población mexicana te apoya?
Antes de salir al estadio, el túnel se oscurece; sales, se escucha la ovación, pasas al desfile y siempre hay una bandera mexicana en las gradas; es bonito que la gente te apoye, te vaya a ver. Yo lo hago por mí, mi familia, mi entrenadora y por todo México. Yo soy primero yucateco y luego mexicano, siempre hablo bien y demuestro que México es el mejor país.
¿Qué tanto se modifica el clavado cuando lo realizas con Jahir Ocampo?
Son seis en individual y cuatro los ocupo para sincronizado. Modifico un poco porque somos diferentes en físico: él es un poco más alto y pesado, entonces lo tengo que hacer más amplio para alcanzar su ritmo y que se vea a la misma altura.
Hace cuatro años el sueño de ir a JO se vio frustrado, ¿qué pasaba por tu mente al ver competir a tus compañeros?
Fui de comentarista; fue padre y no. Sí, porque estuve, vi a mis compañeros y aprecié la competencia, pero fue horrible estar viendo a los que yo les gano, porque fue un error de dedo el que no fuera. Lo que aprendí es que todos los clavadistas están nerviosos, y estando ahí no te das cuenta.
De no haberte dedicado a los clavados, ¿cuál hubiera sido tu segunda opción?
Hace poco me lo preguntaba y creo que gracias a los clavados me he forjado como persona, tengo el carácter que tengo; no sé qué hubiera hecho, me gusta el béisbol, pero no tengo cuerpo de beisbolista.
CUESTIÓN DE ESTILO
Palmarés: Oro en trampolín individual y bronce en sincronizado en el Mundial de Clavados 2016; dos de oro en JP Toronto 2015; plata en JP de Río 2007
Música: “Depende el día, hoy amanecí con Back in Black de AC/DC, pero escucho reguetón, salsa; depende del ánimo y la competencia. Trato de no poner ninguna letra melosa o de amor, sino que tengan un ritmo que te anime”
Películas: “Cars es mi favorita. Las de Rocky me gustan. También ¿Conoces a Joe Black? y Duelo de titanes porque me recuerdan los entrenamientos”
Pasatiempos: “No soy mucho de salir, pero sí me gusta ir a comer a un buen lugar; cocinar, ver Netflix, jugar videojuegos, ir al gotcha; cuando se puede, ir a esquiar, escalar, o los go karts, esos son mis pasatiempos. Lo que más hago es ir al cine y a comer, sobre todo fuera de temporada, porque previo a competencia no hay nada de eso”
Dieta: “De vez en cuando como tacos, papas, pizza, y no pasa nada porque no es a diario”
FRASES
“… poder estar en unos Juegos Olímpicos es grato, bonito, algo que me llena de orgullo y satisfacción”
“… es bonito que la gente te apoye, te vaya a ver. Yo lo hago por mí, mi familia, mi entrenadora y por todo México”
Karem Achach
Una sirena extrema
Sueña con subir al podio en JO
El destino y el impulso de sus padres llevaron a Karem Achach a practicar nado sincronizado, disciplina en la cual está próxima a debutar en Juegos Olímpicos con el objetivo de lograr una marca que desde hace casi dos décadas no se ha conseguido en la especialidad.
De la mano de Nuria Diosdado -amiga desde la infancia y dupla desde hace tres años-, la nadadora de espíritu aventurero tiene claras sus metas y cómo conseguirlas. Desde hace más de una década soñó con llegar a la justa veraniega y ahora que cuenta con su clasificación buscará dar su mejor versión.
“Quiero dar lo mejor de mí y tener una muy buena actuación; buscamos la final olímpica que desde Sídney 2000 no se consigue para México, y qué mejor que me toque a mí”.
¿Cómo te sientes antes de tu participación en Río 2016?
Estoy muy contenta, emocionada y motivada de estar en ese gran escenario; hemos hecho un gran trabajo, terminamos la etapa precompetitiva y ahora viene el debut.
¿Cómo nace tu interés por este deporte?
Soy yucateca, nací en Mérida, aprendí a nadar como un seguro de vida: mis papás querían que lo aprendiera para que no me pasara nada al momento de estar en una alberca. Donde entrenaba yo, lo hacían las mismas chicas de nado sincronizado, y ahí empecé.
¿Qué deportes practicaste antes de llegar a nado sincronizado?
Atletismo, futbol, natación, gimnasia; estuve en muchos deportes antes de llegar al indicado.
De no ser este deporte, ¿a qué te hubieras dedicado?
De no haber sido nado sincronizado me hubiera gustado la gimnasia, es un deporte que me encanta y lo practiqué antes que la natación, pero tuve una aventurilla: mi mamá me llevaba en top, con la panza de fuera, y yo era una niñota. La entrenadora en ese momento me dijo: “Ponte en el colchón y te quedas como un taco 30 minutos para que bajes de peso”. Salí llorando y dije: “No regreso nunca”.
¿Cuál fue tu máxima aspiración cuando entraste a este deporte?
En el primer momento lo vi como un hobby, ir con mis nuevas amigas, el relajo, éramos niñas y no me lo tomaba en serio. Desde el momento en que gané mi primera medalla en la Olimpiada Nacional de 1999, me di cuenta que quería llegar a una selección e ir a JO.
¿Cómo describes esa sensación de saber que clasificaste a Río 2016?
Es una alegría enorme, se me enchina la piel de recordar que estaba en el escenario y después de tantos años que he trabajado, desde chiquita, lo logré; ver que soy una motivación para las niñas y enterarme que estaré en esta justa, me hace feliz.
¿Cuál es la expectativa de tu debut en JO?
Honestamente trato de no pensar que voy a estar con los mejores y sentir una gran presión, al contrario, cuando llegue a JO quiero disfrutarlo y saber que todo lo que he entrenado es lo mismo, sólo que en mi mejor versión.
¿Cómo seleccionaron la rutina con la que competirán?
Presentamos dos rutinas: la técnica y la olímpica. La primera la cambiamos hace unos meses, decidimos que era un riesgo porque muy pocos duetos lo hacen, pero nos funcionó y en España tuvimos la oportunidad de competir y ganar ante Francia; eso quiere decir que la estrategia que utilizamos de hacerla más rápida y dinámica nos funcionó.
¿Cuál es tu mayor miedo?
Creo que tengo muy pocos, soy una persona aventurera y extrema.
Hablas de una parte extrema, ¿cuál es esa faceta de Karem?
Aventarme del paracaídas me encanta, y lo hice junto a Nuria hace algunos meses como ritual de partida del proceso olímpico; lanzarme del bungee me encantaría, y me gusta andar en moto y en lancha.
En el deporte se gana o se pierde, ¿cuál ha sido una caída y una victoria que te hayan marcado?
Haberme lesionado tres semanas antes de Juegos Panamericanos fue una de las caídas más fuertes, fue una etapa muy fea donde no sabía si iba a poder rendir. La alegría más grande son las medallas de plata en esos juegos después de tanto que lloré, sufrí, pensar que no iba a ir, especular que no iba a poder hacerlo; me di cuenta que todo esfuerzo vale la pena.
¿Cuál es el mayor sacrificio de ser un atleta de alto rendimiento?
Ya no es un sacrificio, se vuelve un estilo de vida, te adaptas a lo que haces y ya no lo percibes así. Ambas somos foráneas, vemos muy poco a nuestra familia, amigos. No tenemos la diversión que a lo mejor cualquier joven de nuestra edad tendría. Nuestras salidas de antro ahorita son ir al cine, de compras, a cenar, y cosas mucho más sencillas que ir de fiesta.
Fuera del agua, ¿qué otros sueños tienes?
Quisiera seguir estudiando, aún no decido, pienso en una maestría en Mercadotecnia, sin embargo, por el proceso que vivo no puedo. Pero quiero ejercitar mi cerebro y en un futuro transmitir lo que he aprendido a las nuevas generaciones.
¿Tienes un ritual antes de salir a competencia?
Cada una tiene un momento individual; yo me tapo los oídos, escucho mi respiración, escucho música de moda, estiro y después las dos rezamos. Antes de empezar nos abrazamos, nos besamos, sabemos que ya lo hemos hecho mil veces y salimos con toda la actitud.
CUESTIÓN DE ESTILO
Palmarés: Plata en JP Toronto 2015; cuatro de oro en JCC Veracruz 2014; bronce en Copa Mundial de Nado Sincronizado 2014
Pasatiempo: Ir al cine (comedia y películas románticas, pero jamás una de terror)
Películas favoritas: Diario de una pasión y 10 cosas que odio de ti
Canción favorita: Música movida y de moda
Platillos favoritos: Panuchos, sopa de lima, cochinita, lechón…. todo lo que tenga que ver con Yucatán
FRASES
“Honestamente trato de no pensar que voy a estar con los mejores y sentir una gran presión, al contrario, cuando llegue a JO quiero disfrutarlo y saber que todo lo que he entrenado es lo mismo, sólo que en mi mejor versión”
“Antes de empezar nos abrazamos, nos besamos, sabemos que ya lo hemos hecho mil veces y salimos con toda la actitud”
Nuria Diosdado
Va con todo
Quiere disfrutar la competencia de principio a fin La frase “sí se puede” es el emblema que la tapatía Nuria Diosdado ha adoptado para derrumbar barreras, conquistar preseas y, pese al cansancio, cumplir sueños tanto en el agua como fuera de ella.
Con la mirada firme en JO y una sonrisa en el rostro que le exige la disciplina, pero que surge de manera natural, Diosdado está dispuesta a poner en alto el nombre de México y a la vez disfrutar de esta etapa en la que ya cuenta con experiencia.
El trabajo en equipo ha sido fundamental y una herramienta que le ha funcionado desde niña para superar adversidades; ahora lo realizará junto a Karem Achach, amiga de toda la vida y actual compañera de esta aventura llamada conquista olímpica en nado sincronizado.
¿Cómo conviertes esa presión de JO en un impulso?
Se toma con mucha responsabilidad, nos enfocamos en nuestro entrenamiento, en lo que hacemos, y el resultado solito se va a dar; estamos listas para competir y ese día haremos nuestra mejor participación.
¿Qué te apasiona más del nado sincronizado?
Que me puedo expresar como yo quiera por medio de los movimientos: puedo dar a entender un sentimiento, una sensación y que soy libre; puedo escoger desde la música e imprimir lo que creo.
¿Cómo nace tu amor por este deporte?
Tenía cinco años cuando decidí ir a natación; veía a las niñas de nado sincronizado y se me hacía más divertido.
Cuando comenzaste, ¿te visualizabas en JO?
No, para nada. Al principio para mí era un juego; duré como tres años en principiante, no me interesaba nada, era una actividad que se impartía en el club, nunca lo vi como algo en lo que yo pudiera hacer algo grande. En la Olimpiada Nacional de 1999 descubrí a las figuras mundiales y ahí dije: “Quiero ser así”.
¿A quién viste como ese ejemplo a seguir?
Gemma Mengual, de España; mi papá me regaló de cumpleaños en 2003 ir al Mundial de Barcelona y la conocí en persona. La estudiaba, llegaba de entrenar, ponía un VHS y veía sus movimientos para ver qué podía imitar.
Tienes la experiencia de Londres 2012, ¿cómo transmites ese conocimiento a lo que actualmente están por hacer?
Hace cuatro años pensaba: “¿Qué me va a pasar?, ¿me voy a distraer?”. Ahora voy enfocada a lo que quiero: dejar el alma en la alberca. En Londres lo sentí así, pero ahora quiero vivirlo, no quiero que se me vaya ningún momento. Es algo increíble e imposible de describir, pero tampoco es algo tan diferente a las competencias que ya he tenido.
Lejos del agua, ¿qué tan sincronizada estás con Karem?
La forma de vestir y nuestros gustos son muy parecidos, creo que las relaciones – como con un novio- se mimetizan, te empiezas a parecer; toda la vida nos hemos conocido y ahora que estamos juntas nos dicen que nos parecemos, y lo creo.
¿Cuál ha sido tu mayor victoria y la pérdida que más te ha dolido?
Los mayores logros son haber estado en los JO pasados y las medallas panamericanas que hicieron historia. El estar fuera un año ha sido la parte más difícil, pero ahí aplica muy bien el “de algo malo viene algo muy bueno”, porque regresé y superé la meta.
Ese año que estuviste fuera fue por tomar un jarabe…
Sí, no leí los compuestos. Estuve fuera de competencia, pero no de entrenar, sabía que tenía Juegos Panamericanos a las dos semanas de concluir mi castigo.
A la par del nado sincronizado, cuentas con una carrera y maestría…
Soy licenciada en Administración de Negocios y tengo la maestría en Mercadotecnia Integral, ha sido un esfuerzo de mucha disciplina. Muchos atletas dicen: “No se puede, no hay tiempo”, pero yo creo que sí. Había días en los que no podía ni manejar, pero me iba. Me encantaría hacer algo de marketing deportivo.
Hace poco te lanzaste en paracaídas junto a Karem, ¿cómo fue la experiencia?
En octubre fuimos a una clínica de nado sincronizado y dijimos: “Está súper cerca, ¿vamos?”. Y Karem creyó que le diría que no porque soy muy miedosa y no me aviento de la plataforma de cinco metros. Queríamos que fuera una experiencia que iniciara nuestra etapa olímpica con riesgo, y dijimos: “Si vamos a ir con todo a JO, hay que empezarlo con algo extremo, que nos ponga a prueba”. Fue romper miedos, quitarnos prejuicios.
¿Qué precio has tenido que pagar para desarrollar esta carrera?
Elegir el deporte es dejar todo; no sé si hubiera sido buena o si realmente hubiera sido doctora, porque desde niña decía que quería estudiar Medicina por mis papás, los dos son pediatras. Sacrificas sueños, nunca he asistido a una graduación escolar, hay muchas cosas pequeñas o aparentemente insignificantes que dejas de lado, como estar con la familia, pero nosotros las sentimos.
Has sido considerada ciudadana del mundo, ¿qué tanto disfrutas viajar?
Así me nombraron en 2015 por parte deMundo Joven, y me encanta. Uno de los regalos que te da el deporte es abrirte culturalmente. Suiza, Japón y Shanghái son de mis ciudades favoritas.
¿Cómo eliminas los nervios antes de la competencia?
No me gusta verla, hay gente a la que le interesa ver a los demás; a mí no, no quiero escuchar calificaciones, prefiero entrar sin saber nada de nadie y eso es algo que me funciona mucho.
CUESTIÓN DE ESTILO
Palmarés: Plata en JP Toronto 2015; siete medallas de oro en JCC 2014; seis de oro en JCC Mayagüez 2010
Pasatiempos: “Me gusta ir al cine, de compras, escuchar música, estar con mi familia; estar en casa (Guadalajara) me agrada mucho”
Música: “Me gusta la música en inglés movida, que tenga mucho ruido”
Géneros de cine preferidos: La comedias comerciales, películas blancas, simples, poco revoltosas
Películas favoritas: Cómo perder un hombre en 10 días y El diablo viste a la moda
Dieta: “¡Arriba la torta ahogada! La carne en su jugo, las jericallas, el agua de horchata o de fresa, me encantan. No me privo, si se me antoja algo, me lo como, ya después haré más ejercicio, pero cuando voy a Guadalajara seguro desayuno eso”
FRASES
“… voy enfocada a lo que quiero: dejar el alma en la alberca”
“Uno de los regalos que te da el deporte es abrirte culturalmente. Suiza, Japón y Shanghái son de mis ciudades favoritas”