En todo el mundo existen lugares difíciles de imaginar. Uno de ellos se encuentra en el Desierto de Karakum en Turkmenistán, cerca de la población llamada Darvaza, y su tenebrosa, impresionante y ardiente apariencia lo han hecho ganar el sobrenombre de «Puerta al infierno».
Y no es para menos, pues se trata de un cráter de unos 60 metros de diámetro por 20 de profundidad que arde sin parar. Muchos creen que lleva encendido miles de años, o incluso, que es la caldera de un volcán activo; sin embargo, se dice que su origen ocurrió por un accidente. Resulta que el desierto de Karakum ocupa el 70 por ciento de Turkeministán, que es un país rico en petróleo y gas natural. Fue así como en 1971, durante unas obras de construcción de gasoductos por parte de Rusia, el suelo se abrió formando este inmenso cráter.
¿Pero qué fue lo que provocó el fuego? Lo que pasó fue que estos investigadores descubrieron una cueva subterránea y quisieron comprobar si tenía gas natural. Al hacerlo, prendieron fuego en su interior, el cual desde entonces no ha dejado de arder, convirtiéndolo en uno de los principales atractivos turísticos de este sitio, ya que quienes lo visitan pueden acercarse hasta la orilla para mirar el panorama.
El Cráter de Darvaza es una formación verdaderamente especial, no sólo porque ofrece un acogedor espectáculo sino también porque es fruto de una combinación entre naturaleza y hombre, ya que la primera creó el pozo con gas y los segundos la encendieron sin imaginar la fabulosa creación que resultaría. Sin embargo, es importante mencionar que aunque esa es la historia que todo mundo cuenta, no hay testigos que la confirmen o desmientan, por lo que hasta hoy su origen es toda una leyenda.
Te sorprenderá saber que en 2015, una persona se atrevió a profanar este pozo: el explorador canadiense George Kourounis. Este hombre, descendió por el cráter utilizando un traje resistente al calor, así como un equipo de respiración con los que se convirtió en la primera persona en llevar a cabo esta arriesgada tarea, misma que documento con las siguientes imágenes.
Sin duda este pozo luce espectacular por donde se mire, y algo es un hecho: ¡nadie sabe hasta cuándo dejará de arder!
¿Te animarías a conocerlo en persona?
